El año 2024 ha sido un período marcado por grandes desafíos en el mercado inmobiliario español, con la vivienda consolidándose como uno de los principales temas de preocupación tanto para compradores como para inquilinos. La combinación de una alta demanda, una oferta insuficiente y la falta de avances en políticas públicas ha mantenido los precios al alza, haciendo que acceder a una vivienda sea cada vez más complicado.
Un año de subidas constantes en precios
En 2024, el precio de la vivienda en España aumentó un notable 9,6%, alcanzando los 2.209 euros por metro cuadrado de media. Este incremento refleja la persistencia de una demanda sólida frente a una oferta que no logra satisfacer las necesidades del mercado. Por otro lado, el precio del alquiler experimentó una subida del 8%, situándose en una media de 13,5 euros por metro cuadrado, lo que supuso un golpe adicional para las familias que buscan una alternativa asequible.
El esfuerzo financiero para adquirir una vivienda también siguió incrementándose. En promedio, las familias necesitaron 7,3 años de ingresos para reunir el 20% de entrada necesaria para hipotecar un inmueble, alejándose aún más del promedio histórico de 5 años.
Déficit de viviendas: Una crisis que sigue sin resolverse
Uno de los problemas estructurales que han marcado 2024 es el déficit de más de 600.000 viviendas, según el Banco de España. Este déficit evidencia la incapacidad del mercado para satisfacer las necesidades actuales de los ciudadanos. Las cifras de construcción tampoco han sido suficientes para cambiar esta tendencia: hasta julio de 2024, se concedieron 75.814 visados de obra nueva, lejos del ritmo necesario para equilibrar la balanza entre oferta y demanda.
Además, las viviendas protegidas, que deberían ser una solución para los hogares con menos recursos, representaron apenas el 7,6% de las viviendas vendidas este año, lo que subraya la falta de opciones asequibles en el mercado. A pesar de las promesas del Gobierno de crear una gran empresa pública de vivienda para construir y gestionar viviendas protegidas, los avances han sido prácticamente nulos, dejando esta iniciativa como una promesa pendiente.
El impacto en el mercado de alquiler
El mercado de alquiler también ha estado en el centro de atención este año. La inseguridad jurídica generada por las leyes que protegen a los ocupantes ilegales ha llevado a muchos propietarios a retirar sus propiedades del mercado de alquiler a largo plazo. En su lugar, han optado por ofrecer estancias cortas o alquilar habitaciones, lo que ha reducido drásticamente la oferta disponible y contribuido al aumento de los precios.
El resultado ha sido un mercado cada vez más inaccesible para la mayoría, con largas listas de espera para los pocos pisos asequibles que quedan y precios desorbitados para quienes buscan alquilar en las principales ciudades.
Transacciones y financiación: Luces y sombras
A pesar de estas dificultades, el mercado inmobiliario mostró cierto dinamismo en términos de compraventas. Hasta septiembre de 2024, se realizaron 464.300 operaciones, y se espera que el cierre del año supere las 640.451 operaciones registradas en 2023. Cabe destacar que el 35% de estas transacciones se realizaron al contado, lo que indica que una parte significativa de los compradores cuenta con recursos propios, aunque esto no representa la realidad de la mayoría.
En cuanto a la financiación, el comportamiento del Euríbor, que comenzó el año en 3,24% y cerró en 2,465%, brindó cierto alivio a los hipotecados. Sin embargo, el acceso a la financiación sigue siendo complicado para muchos debido al esfuerzo financiero requerido y al encarecimiento general del mercado.
Un año de desafíos y promesas pendientes
El 2024 cierra con un panorama complicado para el mercado inmobiliario en España. La falta de oferta, el elevado déficit de viviendas y la ausencia de soluciones concretas por parte de las autoridades han dejado a muchos ciudadanos sin opciones viables para acceder a una vivienda. Los precios siguen subiendo, tanto en compra como en alquiler, y la inseguridad jurídica ha agravado aún más la crisis del mercado de alquiler.
El nuevo año debería traer consigo cambios significativos. Es imperativo que las políticas públicas sean más ambiciosas y efectivas para impulsar la construcción de viviendas, garantizar la seguridad jurídica de los propietarios y ampliar la oferta de viviendas protegidas. Solo así será posible aliviar las tensiones de un mercado que, en 2024, continuó siendo un desafío para la mayoría de los españoles. Por Ricardo Serravalle
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